La precariedad laboral y los contratos temporales son el escenario propicio que alimentan el aumento de los casos de acoso laboral. Todo ello, aunque se explican pocos episodios respecto a los que realmente se producen. El miedo a perder el trabajo y el exceso de burocracia judicial frenan las denuncias y más aún las demandas. Entre enero y septiembre de 2018 se han multiplicado por cuatro las denuncias por mobbing a la Inspección de Trabajo de Catalunya, según los datos que aporta el sindicato CCOO.
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