La siniestralidad en el sector del metal ha constituido, por desgracia, uno de los sectores más achacados por los accidentes laborales o enfermedades profesionales, sobretodo las empresas del fundiciones de aluminio. De hecho, el uso de amianto y uralita se prohibieron por el riesgo cancerígeno que presentaba para trabajadores.

Dentro de los riesgos que sufren los profesionales del sector del metal se encuentran, en mayor caso, los cortes y pinchazos, los golpes, las caídas de objetos, materiales o herramientas, los atrapamientos o aplastamientos por equipos o maquinaria, las quemaduras, las caídas al mismo nivel, la proyección de partículas o trozos de material y los sobreesfuerzos por manipulación manual de cargas. Sin embargo, no podemos dejar a un lado las enfermedades profesionales que achacan a estos trabajadores, que se agrupan riesgos higiénicos y los riesgos ergonómicos.

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