El registro de los accidentes de trabajo que ocurren en una empresa debería permitir el análisis de los costes directos e indirectos que son
consecuencia de los mismos. Esta labor debería estar instrumentalizada de manera que su cálculo no supusiera un esfuerzo excesivo. Se
trataría, en definitiva, de justificar desde una perspectiva financiera, las actividades preventivas en la búsqueda de caminos y estrategias
para que empresarios y directivos descubran por si mismos que la prevención de accidentes de trabajo es, más que una exigencia legal,
algo verdaderamente necesario y rentable.
Muchos autores, algunos de ellos, como Heinrich, ya históricos, han puesto de manifiesto lo elevado del coste económico de los accidentes
de trabajo a raíz de los resultados de sus estudios en empresas. Con lo cual, las empresas deberían, como mínimo, hacer un acto de fe en
estos prestigiosos autores (el ya citado Heinrich, Simonds, Grimaldi, Bird y otros) y tener claro que la planificación de las distintas
actividades preventivas destinadas a eliminar o reducir los riesgos y aplicadas con el arte necesario van a suponer una rentable inversión,
tanto desde el punto de vista humano, como económico.

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