El principal fin es que todos los trabajadores estén protegidos al máximo por la ley ante cualquier peligro. Esto se puede conseguir con una serie de actuaciones comunes específicas para cada sector y una formación mínima de los empleados.
Uno de los pilares básico es ofrecerles formación de calidad en materia preventiva, y que esta siempre esté actualizada. Se trata de una planificación que pretende fomentar la seguridad en el trabajo y en la que empresas y trabajadores sean partícipes. Al fin y al cabo, todos ellos deben estar interesados en el bienestar de la plantilla. Este grupo de actuaciones forman parte íntegra de la propia gestión de las empresas, y los trabajadores deben incorporarlas a su actividad laboral.
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