Una peculiaridad propia de las instalaciones contra incendios es que se encuentran en «reposo», no se utilizan habitualmente. Por ello, hay que mantenerlas en perfecto estado para que cuando se dé un incendio, funcionen al cien por cien. Si el sistema no está listo, no hay opción de realizar las correcciones necesarias para hacerlo funcionar. Además, las instalaciones de PCI, cuando se activan, trabajan en condiciones difíciles, tales como altas temperaturas, riesgo de explosiones, etc. Hay algunos sistemas, como los de detección de incendio, que conectados a las centrales de alarma, sí tienen interacción con el usuario, sin embargo, no ocurre lo mismo con los sistemas mecánicos o equipos móviles, tales como extintores y BIE.

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